domingo, 30 de mayo de 2010

“La reagrupación familiar es un derecho”, dicen los expertos


Expertos internacionales en inmigración advirtieron en Valencia que sin reagrupación familiar no hay integración social. Ésta fue una de las conclusiones del cuarto simposio sobre Inmigración y Derechos Humanos organizado por la Fundación Ciudadanía y Valores (Funciva).

El ex subsecretario del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU para Asuntos Internacionales, Crescencio Arcos, considera fundamental el derecho de los trabajadores extranjeros de poder reunirse con su cónyuges y sus hijos en su país de acogida.
Arcos abordó la situación de la comunidad inmigrante de su país, donde viven 12 millones de indocumentados, la mayoría de ellos hispanos, mostrándose partidario de la regularización de dichos inmigrantes y del reconocimiento de su derecho a la reagrupación familiar.
Asismismo, manifestó su temor a que el eterno debate de la reforma de la legislación migratoria postergado por Bush y ahora por Obama, se convierta en una cuestión "antilatina". "No se debe manejar el discurso público en contra de los hispanos y que eso se convierta en una campaña racista de anglosajones abrumados por la gran cantidad de hispanos", dijo.

Arcos opina que España ha hecho mejor que otros países europeos la integración de los inmigrantes islámicos, al ser más tolerante que Francia o Alemania: “A ver si no cómo se explica que en ese país haya tres generaciones de turcos que no hablan otra lengua que el alemán y no sean alemanes. ¡Eso es una injusticia!. Esos jovenes, que se sienten marginados, serán reclutados más facilmente por los islamistas”, advirtió.

Éstas son las principales conclusiones del Simposio, en el que participaron expertos internacionales en inmigración, como el profesor investigador del Colegio de la Frontera Norte de México (Colef), Rodolfo Cruz; la coordinadora de la Oficina de Atención a la Inmigración del Gobierno de Navarra, Mª Jesús Vicente, o el ex subsecretario del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU para Asuntos Internacionales, Crescencio Arcos.
La reagrupación familiar es un derecho inalienable de los hogares de los inmigrantes que reclama todos los esfuerzos necesarios para hacerla realidad.
Las políticas sociales europeas son más intensivas y minuciosas que las que se formulan en EE.UU y en México.
Existe una integración de facto para los inmigrantes que constituyen un flujo de población razonablemente sostenido.
Los problemas de integración tienen componentes regionales, geográficos y generacionales, ya que las políticas de primeras generaciones no son aplicables a las segundas generaciones.
La inmigración modifica las características de la sociedad de acogida y altera los estilos de vida de los inmigrantes.
Los costes de una política de integración ambiciosa son elevados, requieren dosis altas de compromiso humanitario y deben, en parte, ser sufragados por los propios inmigrantes a través de un sistema impositivo razonable.
Es necesario estar abierto a un progresivo ajuste de las políticas de regularización a la realidad.
Las medidas de seguridad nacional y el respeto de los derechos humanos de los inmigrantes producen siempre fricciones. Hay que trabajar con intensidad para que estas fricciones sean cada vez menos traumatizantes.
No existe nada más peligroso que el discurso político sobre la migración internacional se confunda con la defensa de los valores étnicos establecidos.

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