
Esto se repite cada año alrededor del 21 de Junio, cuando ocurre el Solsticio de Verano y nos hace exclamar: “qué temprano está amaneciendo” y “que tarde anochece”.
La explicación es que el eje de la esfera terrestre está inclinada 23 grados 27 minutos y en su traslación alrededor del sol nuestro planeta experimenta períodos de mayor o menor exposición a la luz del sol, dando origen a las estaciones. Cuando en el hemisferio norte hace calor, en el sur hace frío. Mientras más nos acerquemos a los polos norte o sur, estas sensaciones de calor o frío serán más o menos intensas.
Cuando se sucede el solsticio de verano en el hemisferio norte, se está produciendo el solsticio de invierno en el hemisferio sur, o en otras palabras: cuando en este lado del mundo buscamos aire acondicionado para refrescarnos, en Buenos Aires se abrigan para poder aguantar el frío intenso.
Cuando aquí están saliendo las flores y pariendo los animales, en el sur se preparan los osos para invernar y las plantas dejan de tener hojas para aguantar el invierno. En los países australes las noches serán más largas que los días. Todo esto lo debemos a la simple inclinación del eje de la tierra con respecto al sol.
Después de tres meses de ocurridos los solsticios, cuando el astro rey está cruzando el ecuador terrestre, se suceden los equinoccios y en estos casos los días son iguales que las noches; de allí la palabra que se deriva del latín aequinoctium o “igual noche”. El vocablo “solsticio” viene del latín solstitium, que quiere decir algo como “sol parado”, pues realmente el sol se detiene en su latitud extrema, o por lo menos esa es la percepción general.
Estos cuatro puntos: dos solsticios y dos equinoccios marcan el comienzo de las estaciones. En el solsticio de hoy comienza el verano en el hemisferio norte y el invierno en el sur. En el equinoccio de otoño en septiembre arranca esa estación en el hemisferio norte y en la misma fecha la primavera en el sur.
Por otra parte, las estaciones marcan cambios en la conducta de los seres vivientes: en la primavera del norte paren los animales ya que hay pasto y comida fresca, cambian las modas y aumenta el consumo por el mismo motivo. En invierno se sacan del closet o se adquieren las ropas aislantes del calor y los animales se preparan para pasar el frío mientras otros emigran por la misma causa; también los viejitos tratan de pasar la estación en las islas del Caribe huyéndole al gélido invierno en el norte.
Hay muchos recursos en Internet para comprender estos fenómenos, particularmente se recomienda la animación que aparece en Encarta, se debe buscar bajo el título “Estaciones”
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